En este artículo revisaremos dos tipos de sensaciones naturales en el ser humano: la ansiedad y el miedo. Analizaremos cómo estas se pueden llegar a convertir en un problema molesto y hasta incapacitante para las personas. También revisaremos brevemente los principales problemas y trastornos clínicos relacionados con la ansiedad y con el miedo, así como las diferentes propuestas que surgen de la Terapia Breve al momento de resolverlos.
¿Qué son la ansiedad, el miedo y el pánico?
La ansiedad se define como «una anticipación tensa e inquietante de un evento amenazante pero sin forma; una sensación de suspenso incómodo.» (Rachman, 2020).
Se trata de una sensación incómoda, desagradable y persistente que produce cansancio y drena la energía de quien la padece.
El miedo es una reacción emocional primaria que el organismo pone en marcha ante una amenaza percibida (real o imaginaria) concreta, con el objetivo de luchar en contra de la amenaza o huir de ella y, así, mantener a salvo su integridad.
El pánico es un episodio agudo de miedo. Es un miedo exagerado que puede llegar a generar sensaciones físicas intensas en una persona, al grado que esta puede temer volverse loca o, incluso, temer morir.
Diferencias entre ansiedad y miedo
Aunque la ansiedad y el miedo estén fuertemente relacionados, tienen algunas diferencias fundamentales.
En el caso del miedo, por ejemplo, las personas pueden definir una causa específica para este; es decir, que el miedo tiene un foco específico, por ejemplo, el miedo a las arañas. La ansiedad, en cambio, no suele tener un foco específico. Es una especie de temor ante algo (no se sabe exactamente qué) que podría ocurrir.
Por otro lado, el miedo es episódico: las sensaciones de miedo suelen comenzar cuando la persona es expuesta ante el foco de su miedo, por ejemplo, una araña; y este suele cesar al poco tiempo de que el estímulo se aleja o desaparece. Suele ser una reacción intensa, pero breve. En cambio, la ansiedad es persistente y suele quedarse ahí, como si estuviera operando en un segundo plano ante la expectativa de un suceso negativo, pero desconocido.
Tanto la ansiedad como el miedo producen síntomas físicos y psicológicos, como rigidez muscular, estado elevado de alerta, afecto negativo y aceleración del ritmo cardiaco. Algunos de los síntomas que se producen en el miedo, pero no suelen producirse en la ansiedad son sudoración, boca seca y temblores. Algunos de los síntomas que pueden producirse en la ansiedad pero no tanto en el miedo son: debilidad, mareos y dolor en el pecho.
Aunque ansiedad y miedo no sean lo mismo, frecuentemente se les puede utilizar como términos intercambiables. Esto se debe a que, en la práctica, no son tan fáciles de diferenciar. En muchas ocasiones los límites entre ambos son difusos.
La Ansiedad y el Miedo son naturales y funcionales
Tanto la ansiedad como el miedo son reacciones emocionales. Las emociones son reacciones psicofisiológicas que nuestro organismo pone en marcha con el objetivo de adaptarnos ante la presencia de alguna situación relevante para nosotros o para nuestra supervivencia. Además, son universales y están presentes en todos los seres humanos.
De esta manera, el miedo prepara a nuestro organismo para la huída en caso de ser necesario. Por esta razón, el ritmo cardiaco se acelera, los sentidos se agudizan, etcétera. En el caso de la ansiedad, tenemos una situación parecida.
Tanto el miedo como la ansiedad son reacciones que nos ayudan a protegernos y a cuidarnos. Nos permiten mantenernos atentas ante cualquier posible amenaza. También nos ayudan a salvaguardar nuestra integridad cuando ésta se ve comprometida por alguna situación u objeto amenazante.
Sin la presencia de la ansiedad y el miedo en nuestras vidas nuestros comportamientos serían sumamente imprudentes y temerarios. Seríamos incapaces de detectar las posibles amenazas de nuestro entorno, con sus correspondientes consecuencias.
Por estas razones, la presencia de la ansiedad y el miedo en nuestras vidas es de suma importancia para nuestra supervivencia.
Cuando la Ansiedad y el Miedo se transforman en un Problema
La ansiedad y el miedo son emociones que producen sensaciones desagradables. A veces, muy desagradables. Sin embargo, dada su utilidad para nuestra vida, su presencia podría representar una dificultad con la que debemos aprender a vivir.
La mayoría de las veces, tanto el miedo como la ansiedad suelen ser transitorios en nuestra vida. Se presentan para indicarnos que hay una posible amenaza a la que debemos prestar atención y, cuando la amenaza se va, la ansiedad y el miedo se van detrás de ella.
Sin embargo, lo que hagamos para afrontar nuestros miedos y ansiedades puede coadyuvar a que estos desaparezcan y sean superados o a que se queden y nos ocasionen un mayor dolor y sufrimiento.
Desde el punto de vista de la Terapia Breve, cuando una persona se enfrenta a una dificultad en su vida, generalmente llevará a cabo alguna acción para solucionarla. Dicha acción podría tener éxito o no tenerlo. Si el intento de solución tiene éxito, la dificultad desaparece. Si el intento de solución no tiene éxito, puede ocrurrir que la dificultad empeore y se transforme en un problema, es decir, en una situación más dolorosa y de solución más difícil. Hay ocasiones, incluso, en que la solución se convierte, literalmente, en el problema. La solución ES el problema. Generalmente, es en este punto en el que las personas buscan psicoterapia.
Un ejemplo
Pensemos en una persona que un día sufre un ataque de pánico repentino. La situación es tan desagradable para ella y le provoca un impacto emocional tan fuerte que teme mucho que esto le vuelva a ocurrir. Para evitar la ocurrencia de un nuevo ataque de pánico, comienza a permanecer hiper-vigilante a sus sensaciones corporales. Esta hiper-vigilancia podría volverla más sensible a cualquier sensación desagradable que pudiera sentir, por ejemplo, cualquier aceleración del ritmo cardiaco debida a haberse levantado demasiado rápido de su silla.
La hiper-vigilancia sobre sus sensaciones corporales, en combinación con el miedo a volver a sufrir otro terrible ataque de pánico podrían hacer que la persona mal interprete su aceleración cardiaca. No como una respuesta normal ante una actividad que le resultó físicamente exigente, sino como la inequívoca señal de que se avecina un nuevo ataque de pánico. Así, la persona podría ponerse extremadamente nerviosa con la situación, comenzar a mostrar señales de nerviosismo, interpretarlas como señal de pánico y así sucesivamente hasta que un nuevo ataque de pánico tenga lugar. De esta manera, se cumple el suceso temido.
La situación podría ser peor si la persona no supiera que lo que sufrió es un ataque de pánico, sino que pensara que se trató de un «connato de infarto», o algo parecido.
En este caso, resulta evidente que la hiper-vigilancia sobre las propias sensaciones es el intento que la persona pone en marcha con el objetivo de evitar cualquier posible ataque de pánico posterior. Y tambien es evidente que, en este caso, el intento de solución NO está funcionando. De hecho, está contribuyendo a que la situación empeore y a que se desarrolle un nuevo ataque de pánico.
En la mayoría de los casos de personas con problemas de miedo y/o ansiedad, podemos encontrarnos con intentos de solución que empeoran el problema o que, de hecho, son el problema.
Algunos Intentos de Solución que podrían empeorar los problemas de Ansiedad y Miedo
Es importante aclarar que los Intentos de Solución citados en la siguiente lista no siempre empeoran las dificultades de ansiedad y miedo que una persona pudiera llegar a tener. En algunas ocasiones, de hecho, las resuelven. También es importante decir que estos son los Intentos de Solución que más frecuentemente se encuentran en la práctica clínica. Sin embargo, una lista de esta naturaleza no puede abarcar la singularidad de cada caso individual.
Dicho lo anterior, he aquí los Intentos de solución más comunes que podrían empeorar los problemas de ansiedad y miedo o que, de hecho, se convierten en el problema.
- La hiper-vigilancia: Como ya hemos visto, permanecer hiper-vigilante de las sensaciones internas podrían agravar el problema de los ataques de pánico.
- La evitación: En este Intento de Solución, la persona evita exponerse a aquellas situaciones que le provocan miedo o ansiedad con el objetivo de reducirlos. Sin embargo, a veces esta evitación puede limitar el desarrollo de la persona en cuestión, por ejemplo, en el caso de una persona que evita hablar en público y que puede perder oportunidades laborales por esta razón; o la persona que, por miedo, evita viajar en avión aunque por ello deba invertir más tiempo del que podría en sus viajes de trabajo.
- Los rituales repetitivos: Una persona que tiene miedo a los microbios podría, por ejemplo, lavarse las manos constantemente y de manera compulsiva a manera de intento de tranquilizar su miedo.
- Presencia de Señales de Seguridad: Una persona con miedo a tener ataques de pánico podría tener un estricto control sobre las situaciones a las que se expone, buscando que siempre sean seguras. La presencia de las Señales de Seguridad (que le acompañe siempre cierta persona, tener un Tafil a la mano siempre, etcétera) puede volverse indispensable para que la persona se sienta segura, aunque al largo plazo estas prácticas se vuelvan insostenibles.
Los Intentos de Solución disfuncionales no deberían generar culpa
En Terapia Breve pensamos que las personas hacemos a cada momento lo mejor que podemos hacer.
Hay personas que se sienten culpables cuando descubren que lo que han intentado hacer para resolver un problema es justamente aquello que lo ha empeorado. Sin embargo, algo interesante que ocurre con lo Intentos de Solución disfuncionales es que, en muchas ocasiones, son completamente lógicos y razonables. En muchas ocasiones constituyen la mejor opción que podemos tomar en un momento determinado.
De hecho, hay muchas ocasiones en los que estos Intentos de Solución realmente solucionan la dificultad. La insistencia constante en un Intento de Solución que no funciona es lo que suele agravar la situación.
La importancia de pedir ayuda
Cuando la ansiedad y el miedo se establecen y persisten en la vida de una persona, se vuelve preciso hacer algo para resolver la situación de manera efectiva.
Los trastornos y problemas de miedo y ansiedad pueden volverse incapacitantes para una persona. Podrían generar disfuncionalidades importantes en su vida laboral, social y familiar. Los efectos de los trastornos de ansiedad pueden permear incluso en la salud física.
Por suerte, en las últimas décadas se han desarrollado tratamientos efectivos para el tratamiento de los trastornos de ansiedad y miedo. La Terapia Breve puede ayudar de una forma eficaz a resolver este tipo de problemas.
Algunos Trastornos y Problemas en cuya base se encuentran la Ansiedad y/o el Miedo
Trastorno de Pánico
Es la aparición frecuente y constante de episodios de miedo intenso en una persona. Los síntomas de estos episodios pueden incluir mareos, sensación de vacío en el estómago, vértigo, miedo a perder el control y miedo a morir. Se trata de un problema altamente incapacitante y que trae muchas dificutades en la vida de una persona.
Trastorno de Ansiedad Generalizada
Se trata de una constante sensación de ansiedad y preocupación contínuas, difíciles de controlar y que interfieren en las actividades diarias y en la calidad de vida de la persona. La persona muestra dificultades para tolerar la incertidumbre, pensamientos catastróficos, dificultades para tomar decisiones, etcétera.
Agorafobia
Literalmente, la palabra agorafobia significa «miedo a los espacios abiertos» o «miedo a los espacios públicos». Sin embargo, no es el espacio público o el espacio abierto lo que en sí mismo asusta a una persona con agorafobia. Más bien es la posibilidad de estar lejos de un lugar seguro, de que la situación le cause pánico o verguenza y/o de sentirse indefensa y sin escapatoria. La agorafobia lleva al individuo a aislarse en su hogar o a limitar el número de situaciones a las que se expone por miedo o ansiedad.
Fobias específicas
Son miedos irracionales ante estímulos que son percibidos por la persona como una amenaza para su integridad. El Intento de Solución más común ante un estímulo fóbico es la evitación, y suele ser problemática sólo si la fobia impide a la persona llevar su vida de manera satisfactoria.
Fobia Social o Ansiedad Social
Se trata de un miedo exagerado al juicio, el escrutinio o las opiniones de las demás personas sobre uno mismo. La persona puede evitar situaciones sociales y, dicha evitación, puede alterar su vida. El miedo a hablar en público es una forma de fobia o ansiedad social.
Ansiedad por Enfermedad
Es una preocupación excesiva sobre la propia salud, y sobre la posibilidad de padecer una enfermeda. Aún si la evidencia médica señala lo contrario. Otro nombre común para este problema es «hipocondría».
Trastorno Obsesivo – Compulsivo
Aunque no está clasificado dentro de los Trastornos de Ansiedad en el DSM V, los rituales repetitivos y estereotipados de una persona con TOC están dirigidos en algunas ocasiones a la evitación de sucesos temidos.
La Terapia Breve en los Problemas de Ansiedad y Miedo
Afortunadamente durante las últimas décadas se han desarrollado enfoques y técnicas efectivas para el tratamiento de los diferentes trastornos de ansiedad y miedo. La Terapia Breve y la Hipnosis ofrecen grandes posibilidades para la superación de este tipo de problemas.
A continuación, veremos los objetivos principales que se tienen en Terapia Breve a la hora de ayudar a una persona a resolver su problema de ansiedad o miedo.
Revertir los Intentos de Solución disfuncionales
Si lo que hace una persona para resolver una dificultad de miedo o ansiedad es precisamente lo que transforma a dicha dificultad en un problema, resulta lógico que uno de los principales objetivos de la Terapia Breve consista en detener o revertir dichos intentos.
Así si, por ejemplo, el Intento de Solución de una persona es evitar el estímulo fóbico, la terapia buscará exponer gradualmente a la persona a dicho estímulo. Si el intento de solución es quedarse en casa por miedo a perder el control fuera de ella (agorafobia), la terapia buscará lograr que la persona logre gradualmente salir de casa.
Sin embargo, la reversión de los Intentos de Solución no consiste en pedir directamente al paciente que abandone su comportamiento problemático. Ello, evidentemente, no funcionaría en la mayoría de los casos.
Para lograr que el paciente abandone su Intento de Solución, el Terapeuta Brevista cuenta con una multitud de herramientas que le permiten llevar al paciente, de la mano y paso a paso a través del camino a la solución de su problema.
Herramientas como la hipnosis conversacional, el lenguaje evocativo, el conocimiento acerca del funcionamiento del problema, la utilizacion de tareas basadas en una lógica estratégica y la adaptación del tratamiento a la medida del paciente como si de un traje de sastre que tratara, hacen del tratamiento mediante la Terapia Breve uno de los más efectivos para los problemas relacionados con el miedo y la ansiedad.
Tratamiento Sintomático
Dado que es muy poco probable que el problema se resuelva en una sola sesión, el Terapeuta Brevista puede enseñar ejercicios al paciente para lidiar con sus síntomas mientras el problema permanezca activo.
Crecer a partir de las dificultades
En Terapia Breve buscamos no solo que el paciente resuelva la situación y recupere su bienestar. También buscamos que salga fortalecido después de la terapia, que descubra sus propios recursos y que confíe en ellos. Que aprenda nuevas habilidades que le permitan no tener recaídas y sortear de una mejor manera cualquier dificultad de miedo o ansiedad en el futuro.
Conclusiones
Como hemos visto, la ansiedad y el miedo son reacciones emocionales que tienen por objetivo salvaguardar nuestra integridad. Son emociones básicas y universales que, aunque sean desagradables, tienen un propósito positivo.
En muchas ocasiones, el miedo y la ansiedad son transitorias en nuestra vida. Llegan cuando percibimos una amenaza y después se van. Sin embargo, algunas de las cosas que hacemos para afrontarlas pueden no funcionar y, de hecho, agravarlas y convertirla en un verdadero problema.
Cuando el miedo y la ansiedad son mal abordados, se cristalizan en problemas o en trastornos tales como el Trastorno de Pánico, la agorafobia, el TOC, etcétera.
Cuando esto ocurre, es sumamente importante buscar apoyo profesional. Un problema crónico de ansiedad puede ocasionar graves problemas en muchas áreas de la vida de la persona, incluyendo la salud física.
La Terapia Breve constituye un enfoque altamente efectivo para el tratamiento de los problemas relacionados con la ansiedad y el miedo. El tratamiento con la Terapia Breve busca ayudar al paciente a lidiar con los síntomas de la ansiedad y a encontrar nuevas maneras de afrontarla. Estos nuevos caminos revertirán los Intentos de Solución disfuncionales y desactivarán el problema. También se busca que el paciente no solo recupere su bienestar, sino que tenga un aprendizaje valioso que le permita reaccionar de manera adecuada ante cualquier situación de ansiedad o miedo que se le presente en el futuro.
En Terapia Breve Puebla tenemos mucha experiencia en el tratamiento de problemas relacionados con la ansiedad y el miedo. Queremos ayudarte y sabemos cómo hacerlo en poco tiempo. No tienes por qué sufir por más tiempo por algo que tiene solución. Si tienes un problema de ansiedad, por favor no dudes en contactarnos y hacer una cita para psicoterapia. ¡Puede ser un paso muy importante en tu vida!
